29 de agosto de 2016

Poesía de Jorge Luis Borges

Preparándonos para la Maratón Nacional de Lectura compartimos algunos poemas de Jorge Luis Borges.

La Maratón Nacional de Lectura de la Fundación Leer es un evento dedicado a celebrar y compartir la lectura. Celebrar la importancia de la lectura como práctica necesaria y derecho ineludible de todos.
Este año llega con el lema “Juegan los sentidos, bailan las palabras, resuenan las voces, ha llegado la poesía en esta ocasión”.
La idea es experimentar la belleza de la poesía y llegar a entenderla como otra forma de expresión posible.
El ejercicio de leer poesía mejora la dicción, favorece a la memoria, motiva la expresión y el lenguaje, despierta sentimientos y emociones.

Poemas de Jorge Luis Borges:

El remordimiento

He cometido el peor de los pecados 

que un hombre puede cometer. No he sido 
feliz. Que los glaciares del olvido 
me arrastren y me pierdan, despiadados. 

Mis padres me engendraron para el juego 
arriesgado y hermoso de la vida, 
para la tierra, el agua, el aire, el fuego. 
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida 

no fue su joven voluntad. Mi mente 
se aplicó a las simétricas porfías 
del arte, que entreteje naderías. 

Me legaron valor. No fui valiente. 
No me abandona. Siempre está a mi lado 
La sombra de haber sido un desdichado.


Arte poetica


Mirar el río hecho de tiempo y agua 

y recordar que el tiempo es otro río, 
saber que nos perdemos como el río 
y que los rostros pasan como el agua. 

Sentir que la vigilia es otro sueño 
que sueña no soñar y que la muerte 
que teme nuestra carne es esa muerte 
de cada noche, que se llama sueño. 

Ver en el día o en el año un símbolo 
de los días del hombre y de sus años, 
convertir el ultraje de los años 
en una música, un rumor y un símbolo, 

ver en la muerte el sueño, en el ocaso 
un triste oro, tal es la poesía 
que es inmortal y pobre. La poesía 
vuelve como la aurora y el ocaso. 

A veces en las tardes una cara 
nos mira desde el fondo de un espejo; 
el arte debe ser como ese espejo 
que nos revela nuestra propia cara. 

Cuentan que Ulises, harto de prodigios, 
lloró de amor al divisar su Itaca 
verde y humilde. El arte es esa Itaca 
de verde eternidad, no de prodigios. 

También es como el río interminable 
que pasa y queda y es cristal de un mismo 
Heráclito inconstante, que es el mismo 
y es otro, como el río interminable.


Despedida


Entre mi amor y yo han de levantarse 

trescientas noches como trescientas paredes 
y el mar será una magia entre nosotros. 

No habrá sino recuerdos. 
Oh tardes merecidas por la pena, 
noches esperanzadas de mirarte, 
campos de mi camino, firmamento 
que estoy viendo y perdiendo... 
Definitiva como un mármol 
entristecerá tu ausencia otras tardes.


Lo perdido


¿Dónde estará mi vida, la que pudo 

haber sido y no fue, la venturosa 
o la de triste horror, esa otra cosa 
que pudo ser la espada o el escudo 

y que no fue? ¿Dónde estará el perdido 
antepasado persa o el noruego, 
dónde el azar de no quedarme ciego, 
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido 

de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura 
noche que al rudo labrador confía 
el iletrado y laborioso día, 

según lo quiere la literatura? 
Pienso también en esa compañera 
que me esperaba, y que tal vez me espera.



A un gato


No son más silenciosos los espejos 

ni más furtiva el alba aventurera; 
eres, bajo la luna, esa pantera 
que nos es dado divisar de lejos. 
Por obra indescifrable de un decreto 
divino, te buscamos vanamente; 
más remoto que el Ganges y el poniente, 
tuya es la soledad, tuyo el secreto. 
Tu lomo condesciende a la morosa 
caricia de mi mano. Has admitido, 
desde esa eternidad que ya es olvido, 
el amor de la mano recelosa. 
En otro tiempo estás. Eres el dueño 
de un ámbito cerrado como un sueño.


Extraídos de:
http://www.poemas-del-alma.com/jorge-luis-borges.htm